¿Quién se benefició más con la aparición del COVID-19? Poder político, económico y el nuevo orden global
La pandemia de COVID-19, que comenzó a fines de 2019 y se convirtió en un evento global en 2020, cambió la vida cotidiana en todos los rincones del planeta. Millones de personas murieron, los sistemas de salud colapsaron, las economías se paralizaron, y los gobiernos tomaron medidas drásticas para contener el virus. Pero como en toda gran crisis, hubo quienes perdieron y quienes ganaron. En medio del caos, algunos actores económicos y políticos salieron fortalecidos, incrementando su poder e influencia como nunca antes. ¿Quiénes fueron los verdaderos beneficiados del COVID-19?
📈 1. Las grandes corporaciones tecnológicas: los reyes del nuevo orden digital
Durante los confinamientos masivos y el distanciamiento social, la digitalización se convirtió en el eje de la vida humana: trabajo remoto, educación virtual, entretenimiento en línea, compras digitales y reuniones por videollamada pasaron a ser la nueva normalidad.
Las empresas que ya dominaban el espacio digital experimentaron un crecimiento sin precedentes:
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Amazon duplicó su valor en bolsa y triplicó sus ganancias operativas en 2020. La demanda del comercio electrónico creció como nunca antes.
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Zoom pasó de 10 millones de usuarios diarios a más de 300 millones en cuestión de meses.
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Microsoft, Google (Alphabet), Apple y Facebook (Meta) vieron aumentos históricos en ingresos y capitalización bursátil.
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Estas compañías, además, expandieron sus servicios hacia la educación, la salud digital y la inteligencia artificial.
Conclusión: la pandemia aceleró 10 años de transformación digital en solo unos meses, consolidando el poder de un puñado de empresas que ahora concentran no solo riqueza, sino también acceso a datos y control social.
💉 2. Big Pharma: los titanes de las vacunas
Antes del COVID-19, el público solía ver a las grandes farmacéuticas con escepticismo por sus precios altos y su influencia política. Pero con la llegada de la pandemia, Pfizer, Moderna, AstraZeneca y Johnson & Johnson se convirtieron en actores centrales para la supervivencia global.
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Pfizer y Moderna ganaron miles de millones de dólares por la venta de vacunas de ARNm.
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Ambas compañías, en particular, firmaron contratos con gobiernos que incluían cláusulas de confidencialidad, exención de responsabilidad legal y pagos por adelantado.
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Moderna, que nunca antes había lanzado un producto al mercado, pasó de ser una pequeña biotecnológica a una de las empresas más rentables del planeta.
Además, el éxito de las vacunas de ARNm abrió las puertas a una nueva revolución médica, con investigaciones para tratar desde el cáncer hasta enfermedades raras usando la misma tecnología. Las inversiones se dispararon, y el valor político y científico de estas empresas se consolidó.
🛰️ 3. El auge del control digital: vigilancia sanitaria y pasaportes de inmunidad
Una de las consecuencias más profundas y preocupantes de la pandemia fue la normalización de la vigilancia masiva con justificación sanitaria.
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Se desarrollaron aplicaciones de rastreo de contactos en más de 60 países. Muchas recolectaban datos sensibles de ubicación, contactos, y estado de salud.
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Se implementaron pasaportes sanitarios digitales que condicionaban el acceso a espacios públicos, viajes o empleos.
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Se expandió el uso de cámaras térmicas, sistemas de reconocimiento facial y bases de datos biométricas.
Empresas como Palantir Technologies, contratista del gobierno de EE.UU., y startups como Clearview AI se beneficiaron con nuevos contratos y despliegue de tecnología.
En muchos países, estas tecnologías no desaparecieron con el fin de la emergencia, y se integraron a estructuras de vigilancia permanente.
🏦 4. Fondos de inversión y élites financieras
Los grandes estímulos monetarios (trillones de dólares) lanzados por bancos centrales como la Reserva Federal (Fed), el Banco Central Europeo y otros, inundaron el sistema financiero de liquidez. ¿El resultado?
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La bolsa de valores y los activos financieros subieron más que nunca.
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Fondos como BlackRock y Vanguard controlan ahora más riqueza que el PIB de muchos países.
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Se produjo una concentración sin precedentes de riqueza en el 1% más rico del planeta, mientras millones cayeron en la pobreza.
El sistema financiero absorbió el "shock" de la pandemia, pero no para distribuir ayuda equitativa, sino para beneficiar a quienes ya tenían acceso a capital y activos.
🏛️ 5. Gobiernos con poder autoritario: el regreso del Estado fuerte
Muchas democracias adoptaron durante la pandemia medidas de excepción, como estados de emergencia, suspensión de garantías, toques de queda y control de la información.
Pero algunos gobiernos fueron más allá:
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En China, el confinamiento extremo se usó como modelo de “eficiencia”. Las apps de salud eran obligatorias para moverse dentro del país.
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En Hungría, Filipinas, El Salvador y Turquía, se aprobaron leyes que dieron poderes extraordinarios a los presidentes, incluso después del pico pandémico.
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En muchos países, la disidencia o crítica a las vacunas o las medidas sanitarias fue criminalizada.
El resultado fue una recentralización del poder político, debilitando instituciones democráticas y fortaleciendo regímenes de control estatal.
🌐 6. Organismos globales y la gobernanza sanitaria internacional
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ganó relevancia como actor central en la coordinación de la respuesta global. Sin embargo, fue criticada por:
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Su tardía declaración de pandemia.
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Su dependencia de la información inicial proporcionada por China.
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Su cambio de postura respecto al uso de mascarillas o contagio aéreo.
Por otro lado, el Foro Económico Mundial (WEF) promovió el concepto del “Great Reset” o "Gran Reinicio", una propuesta de reformular el capitalismo global post-COVID, lo que despertó suspicacias entre críticos que lo ven como un intento de consolidar el poder global de las élites económicas.
También Bill Gates, a través de la Fundación Gates y Gavi (Alianza por las Vacunas), fue un actor clave en la financiación y distribución de vacunas, lo que aumentó su poder e influencia en el ámbito global.
🧍♂️ ¿Y quién perdió?
Mientras unos pocos ganaron poder y dinero, la mayoría de la población mundial sufrió las consecuencias más graves de la pandemia.
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Pequeñas y medianas empresas quebraron por millones en todo el mundo.
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Trabajadores informales y migrantes perdieron ingresos sin red de apoyo.
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Estudiantes de zonas pobres quedaron sin acceso a la educación digital.
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La salud mental se deterioró a niveles alarmantes, especialmente entre jóvenes.
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Los derechos civiles se debilitaron en nombre de la salud pública.
El desequilibrio generado por la pandemia aumentó la desigualdad social y económica, y dejó una marca duradera que persiste incluso años después.
🧠 Reflexión final: ¿salimos mejores?
La narrativa oficial decía que “saldremos mejores” o que “la pandemia nos hará más solidarios”. Pero los datos muestran que:
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Se concentró aún más el poder económico en manos de unos pocos.
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Se consolidaron modelos de control social con justificación tecnológica y sanitaria.
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Se debilitó la privacidad, la libertad individual y la equidad.
Muchos analistas y ciudadanos críticos se preguntan si el COVID-19 fue también una oportunidad para reconfigurar el orden mundial, no necesariamente con fines benéficos para la mayoría, sino para afianzar el control desde arriba hacia abajo.
📚 Fuentes y referencias:
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Financial Times, “Amazon’s profits surge as online demand soars”, 2020.
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Forbes, “Pfizer And Moderna Are Making $1,000 Every Second From Covid-19 Vaccines”, 2021.
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The Lancet, “Big Tech, COVID-19, and public health”, 2020.
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The Intercept, “Palantir Contract With CDC Raises Concerns Over Data Privacy”, 2020.
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Deutsche Welle, “El autoritarismo avanza durante la pandemia”, 2021.
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WEF, “The Great Reset”, junio 2020.
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The Guardian, “Covid-19 increased inequality in every region of the world”, 2021.
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WHO Timeline: COVID-19 response, Organización Mundial de la Salud.


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